sábado, 31 de agosto de 2013

Reflexión: "Y viendo que los bits se vendían bien, se frotaron las manos...", un vistazo al comercio de bits.

Bueno, os escribo con algo de retraso (Se me ha echado encima la rutina para variar) para reflexionar junto a vosotros sobre un tema que llevo viendo una larga temporada. Ese tema no es otro que la venta de bits, conversiones varias y hasta modelos alternativos a los oficiales en algunos juegos, generalmente los de la gama de GW (WHF y WH40K).

Introducción

En mi opinión esta tendencia surgió con algo tan simple como la compra-venta de bits originales entre particulares. Pronto llegó alguno con cierto instinto de negocio y comenzó a desarrollar sus propios bits, fuera por estética o por cualquier otra razón, y poco a poco eso se fue haciendo sitio. La gente compraba bits alternativos de marcas tan nuevas que uno no sabía ni que existían hasta que veías el bit en su web. Luego se pasó a diseñar miniaturas alternativas, packs de conversiones completos, y demás parafernalia de juego. Aquí hay que añadir que algunas marcas se pasan bastante con los precios, y sí, se pasan bastante para que luego muchos digan que GW tiene unos precios abusivos. Sin mencionar marcas, este hecho me ocurrió cuando me fijé en los componentes de una marca (Dicho sea de paso muy buena en sus acabados) y en los vehículos que tenía en venta, cuando resultó que símplemente era un 25% aproximadamente más barato que el original de GW, que creo recordar que uno eran casi 40€ y el otro eran 52€. Cuando en cualquier tienda sea de la red o local uno puede encontrar descuentos de hasta un 25% (Normalmente un 10 o 15%), no creo que nadie se decante por un sustitutivo, salvo que el diseño fuese mucho mejor, cosa que tampoco justificaba la compra. ¿A donde quiero ir con esto? Ahora os lo explico.

Parte 1: De la diversidad al más puro Caos

Aunque tengo la impresión de que todo comenzó como una forma de añadir diversidad al panorama del wargame, de tener unos precios asequibles para bits y demás, el tema se ha ido de madre para mi gusto. El gran problema de los bits en por ejemplo GW era el precio, llana y simplemente. Luego vino el querer ofrecer diversidad y eso está genial, pero no olvidemos los precios y más cuando montar una unidad con bits "molones" te sale a 5€ cada miniatura, incluso hasta 7€ en algunos casos, lo que rebasa incluso a la tan criticada GW (Normalmente sale a 3€ cada miniatura). Este "caos" de nuevos bits y opciones más allá de las oficiales, provocó que los chicos de Nottingham pusieran una serie de demandas en algunos casos absurdas contra varias empresas. Finalmente acabaron perdiendo muchas de sus pretensiones legales y ahora parece que la veda para los bits, conversiones y otras historias está más que abierta.

Parte 2: ¿Ayuda para el jugador u oportunistas hábiles?

Llegados a este punto que nadie me malinterprete, me parece genial que haya otras opciones no oficiales tanto de miniaturas para varios juegos como de componentes y demás historias, sin embargo lo que no me parece correcto es que por unos cuantos componentes en plástico cobren 10€, llegando a salirme más caro el añadido que la propia unidad. Sobre todo partiendo de que si todos nos quejamos por el precio, no podemos alentar a otras empresas a cobrarnos precios similares sobre todo cuando el precio de producción de cada matriz de complementos/miniaturas es inferior a 1€, y aunque los moldes para producirlos cuesten una cantidad importante, se amortizan en más o menos tiempo, sin necesidad de aumentar el margen de precios de esa forma. Para mi opinión, si bien no todos, hay muchos que se han subido al carro con la firme intención de aprovechar el boquete en la muralla de los grandes, hacer caja del modo más rápido posible y a otra cosa mariposa.

Parte 3: ¿A donde nos puede llevar todo esto?

Ésa es la pregunta del millón, ¿Seguiremos alentando este tipo de precios y mercado? Personalmente creo que el mundo de los wargames necesita un reajuste tanto de precios como de mentalidad empresarial y el tiempo lo dirá. Habrá quien diga que como esto no es algo de primera necesidad pues nada, via libre a los precios que cada uno quiera, pero yo soy de los que creen en un comercio justo y responsable, y personalmente no me parece ético.

Espero sinceramente que haya quienes cambien de idea y pongan precios (O cuando menos ofertas) más coherentes, y que a su vez los consumidores premien esas iniciativas. Si no, los chinos se nos llevarán también en ese terreno, cosa que tampoco es de ayer por la tarde.

Eso es todo por hoy, un saludo a todos y nos vemos en la próxima entrada que será una reseña.

viernes, 16 de agosto de 2013

Diario de génesis: El Clan Minamoto (Kuge)[Kensei]

Introducción:

En esta "génesis" voy a hablaros sobre el Clan Minamoto, mi facción principal de juego en el wargame Kensei. Pertenecen a los Kuge (Alta nobleza) y a diferencia de otros clanes está formado por varios que hacen las veces de "familias" de los clanes normales. Su historia es una de redescubrimiento de las tradiciones y los valores que hicieron grandes a los Minamoto en el pasado, además de la lucha contra la traición de aquellos a los que respetaba y quería.

Antecedentes del Clan:

Proceden de uno de los hijos del Resplandeciente Sujin, Emperador de Hymukai durante mil años. Cuando éste, Hitoshi, fue lo suficientemente mayor como para sostener una katana, su padre le entregó tierras y un título nobiliario como miembro de los Kugyo (La élite entre los Kuge, reservada a 5 líneas descendientes de 5 hijos muy distinguidos de Sujin), junto a hombres y honores. Con esto, y el propósito de defender la obra de su padre como su mejor instrumento, Minamoto Hitoshi vivió toda su vida con ésa premisa hasta que murió en la defensa del Imperio de Wa contra los invasores bárbaros que invadieron las costas seiscientos años antes de este momento que nos atañe, espada en mano y honor en alto, el primero de los conquistadores Minamoto había dado su vida por los valores de los Samurai. Con el paso de los siglos se fué olvidando el aspecto honorable y valoroso de su noble antepasado, y sus descendientes se han convertido en poco menos que un puñado de hombres con valor rodeados de cortesanos protegidos por otros clanes abanderados, lo que finalmente ha tenido sus consecuencias.

Composición del Clan previa al conflicto:

Como parte del Kugyo, este Clan tiene una cantidad considerable de tropas distribuida entre tropas propias y clanes abanderados. Entre estos, destacan: Los Otomo ([Kuge] Consejeras, diplomáticas y espías; intentan siempre innovar para mayor gloria de los Minamoto y el Emperador), los Wagyû ([Buke] Duelistas que buscan la excelencia y senseis de gran obstinación y disciplina), los Kamegawa ([Buke] Tácticos reconocidos y hombres de convicciones morales férreas), los Tanaka ([Buke] Maestros en los asedios, quizás de los diez mejores del Imperio), los Kuroda ([Kuge] Que amasan ingentes cantidades de ashigaru para hacer mareas de lanceros) y algunos menores como los Satori ([Kuge] Ninjas y asesinos de renombre, pocos pero muy disciplinados; deben lealtad a los Kamegawa), los Ishida ([Sohei] Monjes de renombre, dedicados a la contemplación y la guerra en nombre de la justicia celestial; deben lealtad a los Kamegawa) y los Inazo ([Sohei] Notables arqueros Zen y jinetes, de honor férreo; deben lealtad a los Kuroda)

[] = [Facción para jugarlos]

Situación actual:

Tras la muerte del Tenno, la Corte Imperial fue un estallido de actividad y conspiración. Los Kuge, en especial los Kugyo, deseaban el puesto del difunto Emperador Celestial, y nadie se daría a razones sobre ceder el puesto a otro. En medio de todo esta vorágine de acontecimientos, Minamoto no Toshio murió asesinado bajo las oscuras artes del shinobi Doga Saito, al servicio de Fuyutsuki Fumio, otro miembro de los Kugyo y pretendiente al trono. Con el cadáver de su Daimyo aún enfriándose, los lugartenientes y herederos del mismo comenzaron a conspirar y moverse. El hermano menor de Minamoto no Yoritomo (Legítimo heredero del Clan), Minamoto no Yorimasa, pretendía asesinar a su hermano o relegarlo a un monasterio, tomar el Clan Minamoto y lanzarse a la pugna fratricida del resto de los Kuge. Algunos de los abanderados del Clan, viendo la “debilidad” en la cadena de mando de sus superiores y sintiendo que el último Minamoto de valía yacía bajo la espada de un asesino, decidieron reunirse en cónclave secreto para decidir el destino de sus clanes. La situación llevó a una masacre, y los que no huyeron del clan con sus abanderados para decidir su propio destino a golpe de espada, decidieron apoyar al joven pero aparentemente capacitado (Y despiadado por añadidura) de Yorimasa. Pero todos se sorprendieron cuando Yoritomo, al que nadie había visto nunca más que como un cínico, desdeñoso de las decisiones del Consejo del Clan y como descontento que vivía en decadencia, dio un giro sorprendente y en un movimiento relámpago tomó a su guardia personal, asesinó a su propio hermano cuando éste vino a comunicarle que debía elegir entre monasterio o muerte antes de que pudiese acabar de hablar y tomó la lealtad de los que aún le permanecían fieles y se lanzó a la conquista de aquellos territorios de los traidores que le habían negado sin derecho alguno. Primero mataría a los traidores y colgaría sus cabezas en lanzas, después se lanzaría a la venganza contra Fumio.

Organización:

· Daimyo: Minamoto no Yoritomo, 26 años.
· Esposas: Minamoto no Saori, 19 años.
· Hijos: Minamoto no Takuma, 3 años; Minamoto no Otsu, 1 año.
· Sirvientes: Clanes Minamoto, Otomo, Wagyu y Kuroda [En total, 400.000 efectivos]
· Enemigos: Clan Fuyutsuki del Kugyo, el clan Kamegawa, el clan Tanaka, el clan Ishida, y el clan Satori. El primero por asesinato de su Daimyo y padre, el resto por traidores a los Minamoto.
*El resto de Daimyos y demás serán detallados en otras entradas.

Personalidad, situación en el mapa y tierras del Clan:

· Minamoto: Capital “Ciudad del zafiro resplandeciente”, Kyuden del “Musuko no Chugo”(Deber del Hijo). Zona: Norte de Hymukai, NE para ser exactos, rozando la nieve.

Los Minamoto son férreos, determinados, enérgicos y directos. En un mundo de sutilezas y dobles sentidos son una fría hoja precisa y despiadada si hace falta que no se amedranta ante la idea de utilizar una ventaja contra un adversario superior. Descendientes de conquistadores, se han corrompido casi totalmente, siendo ya vestigios de un pasado glorioso. Yoritomo tiene ahora un gran peso sobre sus hombros... Sabe que tiene que vengar a su padre (“Ningún hombre puede descansar mientras el asesino de su padre camina sobre la Tierra” Proverbio chino), aunque no aprobaba sus métodos. Había pasado malgastando su vida durante años, hasta que recientemente, en la víspera de la muerte del Emperador, recibió un Satori (Una visión que te cambia la vida): Debía unir a su Clan, después a los otros Clanes y conquistar como sus antepasados todo Hymukai, creando una verdadera paz para el Imperio mediante la fuerza militar, tal como los Kuge originales hicieron con el majestuoso Sujin, mil años atrás. Ebrio de sus propios deseos de gloria, Yoritomo no se parará ante nada para asegurar la conquista de Hymukai para él y sus hijos.

La capital es una ciudad esplendorosa, rebosante de gente y símbolo de épocas mejores ahora ausentes. Sus calles solían estar llenas de visitantes de otras tierras que venían a admirar su arquitectura y su radiantez. Ahora las calles están mucho menos transitadas, nadie se arriesga a salir en las noches cerradas y se susurran rumores oscuros. Suele nevar en invierno dada su localización y al despejarse las nieves para primavera, los cerezos en flor dejan un espectáculo que solía atraer a miles de personas.

El palacio del “Deber del Hijo” es una obra de tiempos pasados, cuya construcción fue ordenada por el Radiante Sujin para su amado hijo Hitoshi, en reconocimiento por sus servicios al Imperio en su lucha contra los invasores y la Oscuridad. Se dice que a la muerte de éste, el Emperador ordenó construir en su honor un monumento que recordara la gloria de su hijo y una espada de manos del legendario artesano Mishima Hanzo, la cual pasaría a su nieto y nuevo gobernante del Clan. El monumento sigue brillando con su fulgor celeste azulado cada amanecer y cada atardecer en el patio del Kyuden y se dice que significa que el alma de Minamoto Hitoshi sigue en vigilia, obligado por su juramento a vigilar la tierra de los mortales hasta que llegue la Oscuridad final, y los hombres estén preparados para ella. La espada desapareció hace aproximadamente dos siglos en una campaña desastrosa en la que su portador, Minamoto Kaito, desapareció sin dejar rastro.

· Otomo: Capital “Isla de las diez mil especias”, Kyuden Otomo. Zona: Isla NE de Hymukai

Los Otomo tienen tierras fértiles y exóticas comparadas con el resto de los abanderados de los Minamoto. Su naturaleza pragmática y dinámica les ha llevado a buscar siempre cómo mejorar su servicio al Clan Minamoto y através de él, al Imperio. Creen que un hombre vale tanto como su valentía y que un Samurai que se echa atrás ante lo que a todas luces es un avance, no merece ese nombre. Siempre sonrientes, siempre amistosos, los mejores diplomáticos de los Minamoto son de este clan abanderado, y muchas de las mujeres de los Daimyo Minamoto proceden de este clan abanderado.

Otomo Kaukatsu maneja con mano firme un clan destinado a la innovación y cuya flota tiene un flujo constante de comercio con Nishi y otras tierras allende los mares para mayor gloria de Minamoto no Yoritomo, gran Señor de Minamoto, y futuro Emperador por gracia de los Cielos.

La isla de las diez mil especias es fértil, esplendorosa y está adornada de un modo elegante a la vez que poco recargado. Marfil, y maderas de calidad junto con perlas y piedras marinas adornan su Kyuden. Sus gentes visten ropas preparadas para el calor que suelen soportar durante gran parte del año, y sus mercados rebosan de gente de otros clanes que vienen a buscar todo lo exótico que tiene que ofrecer el comercio exterior Otomo.

El Kyuden Otomo muestra el carácter sencillo del Clan al no tomar nombres ostentosos. Decorado con un estilo que denota su pertenencia a un Clan de base marítima y con gustos exóticos, su elegancia es comentada como otra prueba de que los pioneros Otomo son tanto una preocupación constante como un alivio certero en tiempos en los que los extranjeros se acercan a las costas con sus armas y costumbres extrañas.

· Wagyu: Capital “Ciudad del crepúsculo”, Kyuden “Suzume no Kumo”. Zona septentrional de la isla centran de Hymukai, al sur de las tierras Minamoto.

Distinguidos y de porte noble, los Wagyu son la muestra viviente de la gloria pasada Kuge, en la que se combina la figura del cortesano entregado a la burocracia pero sin descuidar las artes de la espada, en las que se han volcado con esmero. Poseedores de una de las posiblemente mejores escuelas de Kenjutsu e Iaido, estos dedicados guerreros no cesan en sus entrenamientos nieve o truene. Es este carácter, unido a su sentido del honor el que los ha llevado tan lejos, y su mano no dudó a la hora de seguir a Minamoto no Yoritomo hasta el final en su campaña de reunificación del Clan. Han jurado servirle como todos los descendientes de Wagyu Keitaro y cumplirán con ese juramento incluso en las puertas del Yomi. El honor lo es todo cuando el velo del Caos se desata sobre el Imperio de Wa.

La “Ciudad del Crepúsculo” tiene su nombre debido a la puesta de Sol que posee, y a que se encuentra en el meridiano del Imperio, siendo el lugar donde se dice que el día y la noche se encuentran y los dioses se tocan. Fundada bajo un eclipse total de Sol, un presagio que los Onmyouji del entonces ya no tan joven Wagyu Keitaro tuvieron claridad de observar, e insistieron en que si luchaban en esa colina, triunfarían sobre el enemigo superior en número. A la mañana sigueinte, Keitaro se alzaba moribundo pero victorioso, y ordenó la construcción de la ciudad... Murió en la victoria, como sus hechiceros predijeron, y su legado ha perdurado como juraron.

El Kyuden debe su nombre a la esposa de Keitaro, la cual siendo aún joven antes de su enlace, apareció en la Corte Imperial vestida con un kimono que representaba una bandada de gorriones, con un lazo de nombre con alusión al mismo ave. Sobrecogido por su belleza, se hizo con su mano tras un breve cortejo y nombró el Palacio en su honor tras conquistar la provincia. Desde entonces se cría a estas aves como símbolo de recuerdo a su antepasada y como acto para atraer la fortuna.

· Kuroda: Capital “Mimura”, Kyuden “Azuchi”. Sus tierras están al NE total de Hymukai, en la costa Noreste de la isla central, conlindando con sus vecinos vasallos de Minamoto no Yoritomo.

Los Kuroda son guerreros fieros, que han aprendido de sus señores Minamoto a maximizar su ventaja en el campo de batalla mediante el uso de mosquetes, ninjas y además de eso, algo novedoso aprendido a través de la experiencia en combate: El uso de ingentes cantidades de ashigaru. Debido a que las tierras de los Kuroda tienen mucha población campesina, y a que la mayoría de sus samurais cumplen otros deberes para con los Minamoto, el clan no puede permitirse desplegar todo el potencial samurai que desearían, por lo que Kuroda Kato hace dos siglos se decantó por crear grandes ejércitos de ashigaru con los que aplastar literalmente al enemigo y con el que reponer rápidamente las bajas sufridas.

Mimura, en la provincia de Owari, es una ciudad tranquila, en la que se aprecia mucho el tránsito de gente nueva de otras provincias, y en el que se encuentra un dojo en el que tiene cabida cualquier hombre que desee probarse a sí mismo contra los maestros allí reunidos. Se dice, que en la provincia de Owari, cuando un kensei se da cuenta de que ha terminado su Musha Shugyo y recibe su Satori, se retira a ese Dojo y enseña a una generación de futuros maestros de la espada y santos de la vía del guerrero. Como pueblo cercano a un río, es un área fértil pero que requiere mucho trabajo, representado por una marea de ashigarus que se pasan la vida entre la batalla y la cosecha anual.

Azuchi es el Kyuden de los Kuroda, majestuoso, ancestral y en cuyas piedras se puede ver el paso de los grandes Daimyo y sus hombres, sus maderas oscuras traídas de allende los mares, sus estatuas majestuosas, todo ello inspira un respeto místico. Antes eran los Inazo los que mantenían los templos, ahora tras la huida del 80% de sus efectivos, el otro 20% se ha unido a los Kuroda permanentemente y han renunciado a su anterior apellido familiar.

Tema del relato:

Este relato tiene varios temas que cargan de drama al mismo. Por parte de Minamoto Yoritomo tenemos el tema "el precio del poder" que se refleja en sus dudas sobre si sus convicciones son lo mejor para el Imperio; por otro lado tenemos "el peso de las tradiciones" que ha conseguido convertir a alguien indigno de confianza en un hombre capaz de conservar la lealtad de gran parte de sus clanes vasallos. El yojimbo de Yoritomo, Inazo Takezo representa el tema de "la deuda del kharma" donde queda patente su vergüenza por lo que considera una traición de todo su clan hacia su Daimyo; del mismo modo, el tema "lealtad ante todo" es una de las marcas de identidad de este personaje. El tema final que envuelve las decisiones del Daimyo es "el miedo a uno mismo", que vemos en sus miedos a lo que sabe que puede llegar a hacer si saca lo peor de sí mismo, es un tema que dará mucho juego en adelante.

Ambiente: 

En este relato el ambiente es una habitación en el lujoso palacio de los Minamoto, desde la que se puede contemplar una capital que está viviendo un momento tenso en el que se ven cosas que jamás hubiesen pensado muchos de sus habitantes. Clanes menores abandonando a los Minamoto, su Daimyo asesinado, el hermano del actual Daimyo intentando asesinar a este, conspiraciones, sangre y traiciones a una velocidad que el ambiente que resulta es de incertidumbre. El lector se encuentra con un relato en que vemos a un Daimyo preguntándose no que hay que hacer para ganar sino que hacer una vez acabada la conquista, a un yojimbo que siente un profundo pesar por la traición de los suyos y un espía que vive inmerso en un mundo de información, riesgo y lealtades.

Personajes:

En este relato he tratado principalmente tres personajes. A fin de no chafar sorpresas hablaré sobre ellos en el contexto de lo que el relato ha dejado ver y en el orden de aparición.

> Minamoto no Yoritomo: Es un hombre de convicciones firmes, que acaba de encontrarse con su deseo de renovar las viejas tradiciones, honrar a los fundadores del Imperio y pacificar la tierra de Hymukai bajo una mano que no tiemble ante ello. Valora a sus hombres y cree en las acciones de cada individuo sobre las de un grupo, hecho por el que ha aceptado a Takezo bajo su mando. Tras haber perdido a gran parte de su linea familiar, uno de ellos bajo su propia mano, ha empezado a tomar conciencia de su papel para con el clan y la familia. Su motivación es la ya mencionada conquista de Hymukai del modo menos sangriento posible, la consolidación de su linaje y alcanzar la sabiduría del reverenciado Sujin.

> Inazo Takezo: Es un personaje que está sujeto a muchos cambios bruscos, que ha visto a su propio clan darle la espalda al Daimyo Minamoto y que se ha negado a seguir esa senda. La suya es una historia de lealtad y superación de los demonios interiores. Su sentido del honor, de la disciplina extrema y de las cuestiones espirituales le convierten casi en un cruce entre un santo de la espada (Kensei) y un Yamabushi (Guerrero de las montañas, un tipo de guerrero ascético en sintonía con la naturaleza). Su motivación es traer de vuelta a los Inazo acabando con el Daimyo y sus generales, sin importar su parentesco con ellos, al fin y al cabo han traicionado el juramento de sus antepasados y por ello ya están muertos. Una vez hecho esto, su plan es ganarse el perdón de Yoritomo para los suyos y llevarlos a la gloria y la redención final.

> Otomo Nobuyoshi: De naturaleza meticulosa e intrépida, disfruta siendo el espía favorito del Daimyo Yoritomo. Como otros de su clase, podría haberse dedicado a las intrigas de la corte, a ser patrono de comerciantes o incluso a pasar una vida ociosa. Sin embargo, como hijo menor del Daimyo Otomo tenía el poder suficiente para aprender de los mejores maestros del espionaje de su clan, a la vez de tener la libertad suficiente de no heredar un puesto de responsabilidad que le atase a unas apariencias que considera absurdas. De este modo, puede servir a los Otomo y los Minamoto como mejor cree, así como ver las maravillas y los horrores que Hymukai le guarda en el camino hasta su Destino.


[Relatos][Kensei][Kuge] Clan Minamoto: "Cuando caiga la noche y solo quede el recuerdo"

“Cuando caiga la noche y solo quede el recuerdo”

Invierno del 1001 de la coronación del Tenno Sujin (Enero aproximadamente)

La noche era pesada y fría, mientras el guerrero ahora enfundado en un kimono negro con interior blanquecino oteaba el horizonte que iluminado por la noche lúgubre le mostraba una ciudad en vilo. El palacio, visto desde la torre más alta del mismo, le daba la impresión de que todo era posible, de que Hymukai entera era un tablero y él movería las fichas una a una, y cuando todos se hubieran retirado, él reinaría sobre el tablero vacío... ¿Qué pretendía una vez logrado eso? En silencio, le atemorizaba verse cegado por el embriagador poder que el Trono prometía. A su derecha, tenía al último portador del nombre de uno de los clanes rebeldes, Inazo Takezo “El Inazo Blanco” llamaban a sus espaldas los samurais del dominio. El motivo era su armadura, blanca fúnebre por los pecados de su estirpe, una vergüenza que Takezo no podría pagar con su sepukku. Su karma, como hijo del Daimyo Inazo, exigía que encontrara y acabara con los rebeldes y trajese de vuelta a sus hombres, y así quizás su Señor Yoritomo perdonaría a los hombres que simplemente siguieron sus deudas de honor. Absorto en el lento veneno que era la impaciencia por restituir su honor y su karma, pasó por alto al hombre que con pasos lentos y deliberados entró en la habitación mostrando una serenidad hecha para no causar alerta. Instintivamente, su mano se posó en la empuñadura de su reverenciada espada, recibida de manos del último Inazo digno, su abuelo Inazo Iwao, antes de retirarse al monasterio como era costumbre certera en su clan. El visitante levantó la mano izquierda, signo de no querer alcanzar al espada, y se descubrió mostrando unas facciones bien dibujadas pero fáciles de pasar por alto al poco tiempo... Otomo Nobuyoshi estaba en la estancia para entregar un mensaje. En este intercambio de gestos, quedó inadvertida la sonrisa discreta y ladeada del Gran Señor Minamoto no Yoritomo, que pensaba en la ironía de los acontecimientos y en una respuesta que ya sabía antes de escucharla.

“Debéis anunciar vuestra llegada cuando sea para presentaros ante Yoritomo-Sama” Anunció Takezo en un intento de sonar tajante.

“Yoritomo-Sama ha oido el anuncio de mi llegada antes que usted, Takezo-San” Dijo Nobuyoshi con una sonrisa destinada a ser conciliador. “Mi Señor, traigo noticias del Kyuden Kamegawa... Por lo que he podido averiguar, el Daimyo rebelde Kamegawa no Kaworu ha muerto. Su heredero, Kamegawa no Tsuneo ha sido abatido por un disparo de un tipo de mosquete que no había visto hasta ahora, cuando su castillo fue sitiado. Se dice que una serie de emboscadas y derrotas ha diezmado en este último mes a todo el clan Kamegawa, como si la ira de los Infiernos hubiera perseguido a los traidores... - Hizo énfasis en la palabra “Traidores”, y prosiguió como si no fuera intencionado- Pero tengo la impresión de que es solo el karma, que ha venido a por su cobro, mi Señor, espero sus órdenes con rigor.”

Yoritomo no esperaba eso, y odiaba las sorpresas. Los Kamegawa destruidos a manos de un grupo desconocido, ¿Un clan amigo de los Minamoto? Imposible, habría recibido avisos, noticias de emisarios... Nada. Si había algo que intrigaba a un Daimyo como él era el hecho de que una facción desconocida con armas aún nunca probadas se dedicase a borrar del mapa a uno de sus antiguos clanes vasallos, porque eso podría significar una amenaza en ciernes.

“Ve, infórmate de qué ha sucedido para que esa respuesta se haya producido. No podemos permitirnos tener un grupo desconocido eliminando Señores Feudales por doquier, no en mis provincias. Los Kuroda colindan con la princia de Tsuga, donde se encontraba el Kyuden Kamegawa, necesitamos tus servicios, ve y sé eficaz Nobuyoshi-San, eres mi mejor hombre en estas lides.” Dijo con voz cansada y con una naciente preocupación. Una vez solos de nuevo, el Señor volvió a escrutar el horizonte, hasta que Takezo se atrevió a romper el silencio.

“Mi Señor Yoritomo, dígame si puedo hacer algo para aliviar su angustia, si hay una misión que pueda cumplir para su mayor gloria. Me gustaría ir tras los traidores Inazo en cuanto su Señoría estime correcto a permitírmelo.”

“No aún, Takezo-San. Hay piezas que alguien está colocando en el tablero sin preguntar y unos cuantos rebeldes no me importan tanto como éste enigma. Aprecio tu honor, y mis ancestros saben que tu corazón es puro, al igual que los tuyos. Eres parte de un manzano con solo algunas manzanas podridas, solo hay que podarlas y toda la afrenta quedará restituida kármicamente.”

Y en la oscuridad apenas iluminada de la habitación, Takezo vertió dos lágrimas de rabia por los crímenes de los suyos, mientras agradecía la piedad de su Señor, al que juró en silencio servir hasta su muerte por segunda vez en lo que llevaban de año.

El Daimyo recordaba sus alejados días de infancia, cuando Tsuneo y él habían compartido juegos de estrategia y lecciones de kenjutsu bajo la mirada furiosa del sensei Wagyu Mifune, severo, recto, brillante y adorado por sus alumnos. Eran tiempos en los que no había cabida para la palabra “traición” ni “deber”, eran niños jugando a ser guerreros, armados con armas de juguete diseñadas para inculcar disciplina desde la niñez. Todavía le dolían las manos si recordaba las veces en que Mifune-Sama le había reprendido por su forma tosca de disparar el arco, siempre rebosante de ira, como si la filosofía zen de los guerreros no fuese con él, y solo la brutalidad tuviese dominada su alma. Ahora, tras casi dos décadas, las lecciones duramente inculcadas estaban dando fruto y le habían salvado la vida cuando Yorimasa vino a por él. El hombre que derramaba su propia sangre estaba manchado, condenado a purgar su pecado, pero... ¿Qué hacer cuando pecar es la única salida? Hombres como él o como el bueno de Takezo se veían empujados a ello por tradición, honor y supervivencia, y si bien no le tembló la mano a la hora de atacar a Yorimasa, no podía sino temer en lo que podía convertirse si se alejaba de la vía de sus antepasados... Temía a la bestia acorralada que vivía en su interior, y si no conseguía dominarla, Hymukai la sufriría durante mil años. En ese momento, en la soledad de sus pensamientos, rompió a hablar, sorprendiendo a un preocupado Takezo:

“Cuando caiga la noche, y solo quede el recuerdo del polvo de nuestros huesos, esto se cantará en las cortes de los Grandes Señores, los guerreros llorarán porque no pueden luchar nuestras batallas y las poetisas crearán obras sobre nuestras gestas. Porque aquellos que hoy levanten sus estandartes junto al mío, serán recordados como verdaderos patriotas durante diez mil años...” Y tan súbito como había comenzado a hablar, se silenció, volviendo a su contemplación.

[Fin del relato introductorio de los Minamoto]

Y todo vuelve a su cauce...

Bueno, ha pasado casi el verano y estoy de vuelta aquí con vosotros. Como ya visteis, a mitad del verano intenté volver al ritmo normal pero no fue posible, ha sido un tiempo muy ajetreado entre gestionar la apertura de un negocio, adaptarme a una nueva ciudad y demás quehaceres que me han mantenido apartado del blog.

Retomo el ritmo de posteo de por lo menos una actualización cada Sábado e intentaré ofrecer también otra los Miércoles. Es una de las cosas que más me he planteado en este tiempo, el ritmo que de verdad quiero para postear en este blog y el panorama de blogs actual. Y como muchas otras cosas, es un tema que tiene varias posturas, todas relativamente válidas; he estado observando tendencias sobre posteo, y mientras algunos postean a diario, otros incluso hasta cinco a diez veces al día y otros una vez cada pocos días o para casos concretos. Con esto no me estoy quejando de esas posturas, sino simplemente comento lo que opino y es que cuando ideé este blog fue como un lugar donde poder colgar mis relatos, las noticias sobre wargames nuevos o que me pareciesen interesantes y mis primeros intentos de ser guionista amateur (Cosa que aún anda en proceso). Habrá algún lector que espere ver todas las novedades de cada tema que posteo, o se decepcionará porque no hable de todos los juegos nuevos o poco conocidos que hay, o cualquier cosa similar, pero no puedo contentar a todos y aunque parezca egoísta creo que lo más importante es estar a gusto con el trabajo de uno mismo. Del mismo modo, acepto sugerencias de nuevos juegos, nuevos temas y secciones por añadir, siempre puedo pasar algo interesante por alto en el camino y es grato recibir algo de ayuda.

Siento haberme explayado, pero necesitaba dejarlo patente y siempre viene bien que lo escuchen a uno. Espero que os gusten las nuevas entradas del blog y que esto crezca cada vez más.

Un saludo,

Nomak.

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