sábado, 30 de marzo de 2013

Wargames: Kensei, fantasía oriental de manufactura ibérica (Parte 2: Jugabilidad)


Ahora toca el turno de la jugabilidad, y es aquí donde todo se vuelve más interesante ya que el juego se divide en niveles, para tener un equilibrio de juego y un control del número máximo de unidades de cada tipo (Incluso del máximo de miniaturas por unidad). Es una forma interesante de escalar los conflictos y de darle un soplo de aire fresco a los wargames, al menos a mi parecer. El juego se divide por ahora en tres facciones (Según me han comentado, mientras os escribo esto, los chicos de Zenit están escribiendo sobre nuevas facciones): Kuge, los oscuros nobles; Buke, los fieros guerreros; Sohei, el espíritu del campesinado oprimido. Cada una de ellas comparte unas unidades básicas, que van desde arqueros (Samurai y ashigaru), hasta infantería (Samurai o ashigaru) e incluso caballería (Ligera o normal), pasando por unidades básicas pero muy curiosas como hostigadores con honda ashigaru. Luego, las facciones disponen de una serie de unidades especiales, que les diferencian (Ashigaru con Teppo, samurais con Katana larga, monjes con naginata, etc) y de élite (Ninja, Kengo <<duelista>>, Ikame Bo <<Monje enorme con tetsubo>>) que sacan el mayor potencial de ese ejército. Para añadirle aún más variedad a las unidades y al juego, y como es tradición en cada juego de miniaturas o heróico que se precie, tiene que haber héroes/personajes.

Kensei cuenta con varios tipos de personaje, desde los normales que dirigen unidades y representan al general y a sus líderes de unidad/mando, hasta personajes especiales que le añaden color al ejército, tales como una Geisha, un Shinobi (Ninja veterano), un Espía, un Kensei (Duelista muy veterano), entre otras miniaturas más. Los personajes se compran con una serie de puntos que nos vienen determinados a partir del nivel de juego que queremos utilizar. Estos personajes aportan todos habilidades especiales, tanto a nuestro ejército en conjunto como a las unidades a la que se unen, añadiendo otra muesca más de interés al juego por si ya hubiese poco.

El sistema de mediciones es en centímetros cosa que a nosotros los españoles (Y sinceramente creo que a todo el mundo) nos resulta más cómodo de usar. Las reglas son muy interesantes y bien condensadas, aunque recomiendo como con cualquier juego nuevo el releer dos o tres veces el reglamento, sobre todo porque así podemos pulirlo poco a poco. Los turnos de juego se basan en un sistema muy interesante en el que en cada turno se tira iniciativa para ver quien actúa primero en cada una de las fases de ese turno. Eso hace que uno nunca sepa quien va a ir primero cada turno, dándole algo de caos y realismo a la batalla. La escenografía cuenta y mucho tanto para mejorar las tiradas de las armas a distancia, como el dar órdenes (Personajes y comandantes) o parapetarse tras ella, por lo que será otro factor estratégico a tener en cuenta. El juego cuenta con un sistema “opcional” de tarjetas de acciones para tener referencia visual inmediata de la situación de cada unidad, pero recomiendo a los futuros jugadores que la impriman y usen porque ayuda muchísimo a la hora de jugar una partida de niveles medio-altos.

Y hasta aquí puedo leer por ahora de la jugabilidad, más adelante haré una reseña sobre experiencia de juego.

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