Ahora toca el turno de la jugabilidad,
y es aquí donde todo se vuelve más interesante ya que el juego se
divide en niveles, para tener un equilibrio de juego y un control del
número máximo de unidades de cada tipo (Incluso del máximo de
miniaturas por unidad). Es una forma interesante de escalar los
conflictos y de darle un soplo de aire fresco a los wargames, al
menos a mi parecer. El juego se divide por ahora en tres facciones
(Según me han comentado, mientras os escribo esto, los chicos de
Zenit están escribiendo sobre nuevas facciones): Kuge, los oscuros
nobles; Buke, los fieros guerreros; Sohei, el espíritu del
campesinado oprimido. Cada una de ellas comparte unas unidades
básicas, que van desde arqueros (Samurai y ashigaru), hasta
infantería (Samurai o ashigaru) e incluso caballería (Ligera o
normal), pasando por unidades básicas pero muy curiosas como
hostigadores con honda ashigaru. Luego, las facciones disponen de una
serie de unidades especiales, que les diferencian (Ashigaru con
Teppo, samurais con Katana larga, monjes con naginata, etc) y de
élite (Ninja, Kengo <<duelista>>, Ikame Bo <<Monje
enorme con tetsubo>>) que sacan el mayor potencial de ese
ejército. Para añadirle aún más variedad a las unidades y al
juego, y como es tradición en cada juego de miniaturas o heróico
que se precie, tiene que haber héroes/personajes.
Kensei cuenta con varios tipos de
personaje, desde los normales que dirigen unidades y representan al
general y a sus líderes de unidad/mando, hasta personajes especiales
que le añaden color al ejército, tales como una Geisha, un Shinobi
(Ninja veterano), un Espía, un Kensei (Duelista muy veterano), entre
otras miniaturas más. Los personajes se compran con una serie de
puntos que nos vienen determinados a partir del nivel de juego que
queremos utilizar. Estos personajes aportan todos habilidades
especiales, tanto a nuestro ejército en conjunto como a las unidades
a la que se unen, añadiendo otra muesca más de interés al juego
por si ya hubiese poco.
El sistema de mediciones es en
centímetros cosa que a nosotros los españoles (Y sinceramente creo
que a todo el mundo) nos resulta más cómodo de usar. Las reglas son
muy interesantes y bien condensadas, aunque recomiendo como con
cualquier juego nuevo el releer dos o tres veces el reglamento, sobre
todo porque así podemos pulirlo poco a poco. Los turnos de juego se
basan en un sistema muy interesante en el que en cada turno se tira
iniciativa para ver quien actúa primero en cada una de las fases de
ese turno. Eso hace que uno nunca sepa quien va a ir primero cada
turno, dándole algo de caos y realismo a la batalla. La escenografía
cuenta y mucho tanto para mejorar las tiradas de las armas a
distancia, como el dar órdenes (Personajes y comandantes) o
parapetarse tras ella, por lo que será otro factor estratégico a
tener en cuenta. El juego cuenta con un sistema “opcional” de
tarjetas de acciones para tener referencia visual inmediata de la
situación de cada unidad, pero recomiendo a los futuros jugadores
que la impriman y usen porque ayuda muchísimo a la hora de jugar una
partida de niveles medio-altos.
Y hasta aquí puedo leer por ahora de la jugabilidad, más adelante haré una reseña sobre experiencia de juego.
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